Uribe y su declaración de renta: érase un pobre viejecito…

En entrevista que en 2020 le concedió a El Unicornio el hoy ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, afirmó que el entonces senador Álvaro Uribe declaró un patrimonio bruto de 12.352 millones de pesos y un patrimonio líquido de 9.415 millones de pesos, pese a que su patrimonio bruto rondaría los 36 mil millones de pesos y un patrimonio líquido de 33 mil millones.

Antes de explicar cómo llegó a esta conclusión, se debe saber que el patrimonio bruto es el valor fiscal de los activos (fincas, lotes, construcciones, maquinaria, equipo, semovientes, ahorros financieros, CDTs, cesantías, acciones y otros ítems) expresado en función del avalúo catastral de bienes inmuebles, el valor histórico de la maquinaria, los saldos de activos financieros y el valor de las acciones en bolsa a 31 de diciembre del año respectivo. Y así para otros bienes.

El patrimonio líquido se obtiene al restar del patrimonio bruto las deudas que tenga la persona.

El patrimonio bruto de Uribe está compuesto por diez lotes rurales de gran extensión, localizados en los municipios de Montería y San Carlos; además una cuenta en Colombia y otra en Estados Unidos, sin acciones ni activos financieros. Las deudas fueron contraídas con dos bancos, Itaú y Colpatria.

Montería y San Carlos (Córdoba) son áreas catastralmente desactualizadas, afirma Bonilla y sostiene que si el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) hiciera su tarea, el valor fiscal sería mucho más alto.

“Una de las zonas donde está más desactualizado el catastro, es en el área rural de Córdoba. Uribe hace mucho tiempo ha impedido que se actualice el catastro para que no se le aumente el impuesto predial”, comentó Bonilla a El Unicornio. Así, se paga mucho menos de lo que se debería.

Esto también afecta la renta presuntiva, es decir, el valor mínimo que debería producir el patrimonio de la persona, excluyendo su vivienda, bajo el supuesto de que la riqueza no puede ser ociosa: “si usted es el dueño de algo, algo le debe entrar”. En el caso del senador Uribe, con el valor fiscal declarado por sus lotes, la renta presuntiva es de 179,8 millones.

Si los activos estuvieran actualizados catastralmente, la renta presuntiva sería más alta. Y para Bonilla, en el caso de Uribe, con un valor fiscal de 33 mil millones de pesos, la presuntiva debería ser uno 600 millones mayor que la declarada.

La renta presuntiva es el valor mínimo que debería producir el patrimonio de la persona, excluyendo su vivienda, bajo el supuesto de que la riqueza no puede ser ociosa. En el caso del senador Uribe, con el valor fiscal declarado por sus lotes, la renta presuntiva es de 179,8 millones, mientras que la del senador Bolívar es de 98,5 millones. En ambos casos la renta líquida gravable es mayor que esta renta presuntiva –o sea que en ambos casos el impuesto se liquida sobre la base de las rentas declaradas.

En cuanto a lo dicho por Salomón Kalmanovitz en la columna de El Espectador, Bonilla explicó: “Salomón dice que buena parte del Ubérrimo (la hacienda de Uribe en Córdoba) tiene distrito de riego y el distrito de riego fue una inversión pública en predios privados, esa es la famosa historia de Agro Ingreso Seguro, es decir que las tierras de Uribe se beneficiaron de AIS para un distrito de riego”.

Y Uribe a la hora de defenderse de Kalmanovitz, trinó en su cuenta de Twitter: Tengo 346 hectáreas sin distrito de riego. A lo cual, Bonilla le responde: “El Ubérrimo tiene de 1.300 a 1.500 hectáreas; si son 300 las que no tienen distrito de riego, las otras mil sí las tienen”. La tierra con distrito de riego vale más que la que no tiene.

Luego Uribe añadió otro punto en su cuenta: “Pago por drenajes que pasan muchos años sin que los arreglen y hay que hacerlo por cuenta propia”. Y Bonilla responde: Los drenajes ¿a quién favorecen? Es decir, aparte de tener unas tierras por donde pasan los distritos de riego, ¿el Estado tiene que drenárselas?

Y por último el expresidente señala: “Tierra agrícola y ganadera, no urbanizable, con un gran esfuerzo en explotación”. Y Bonilla revira: “Uribe dice que esa tierra no le produce nada. En los ingresos declarados aparecen los de excongresista y lo que declara son pensiones, que no puede ser la de congresista; esa debe estar suspendida porque no puede tener dos pensiones del Estado. Declara 30.000 pesos de ingresos por capital, esos deben ser unos intereses pinches de quien sabe que cuenta de ahorro”.

Hay además algo que llama la atención de Bonilla, y es que no se sabe de dónde provienen los ingresos no laborales: “tengo la versión de que fue la reposición de votos en el 2018. La reposición estaba a nombre de él, no del partido, y como es el mayor elector del Centro Democrático, la declaración es la de él y ahí dice que esa campaña costó 1.400 millones y toda la financió con donaciones; ni siquiera tuvo un crédito, a la hora de reposición de votos le llega esa plata a él y esa plata es exenta, no paga impuestos”.

En principio estas irregularidades no tienen sanción, porque la base gravable para declarar los predios es el actual avalúo catastral y Uribe lo único que hace es impedir que se actualice.

Además, asegura que “tienen la tierra como símbolo de poder territorial, dicen que es productiva porque tiene unas vacas, unos caballos, pero en la declaración de renta no aparece dónde están esos ingresos. ¿Qué hace entonces con esa tierra? ¿Dónde están los ingresos que le genera esa tierra…?”.

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